haciendo leña del árbol caído
Bien, he regresado, gracias a todos por las palabras de apoyo. Hablando de apoyo, el colectivo que me trajo hace un par de horas de Río Gallegos no tenía apoyabrazos, un garrón. Y el asiento reclinable no trababa, asi que por ejemplo tomaba agua y me iba para adelante.
Pero eso no es lo importante, lo crítico es que estoy confirmando mis más temidas sospechas: el ciprés se convirtió en una condenada cooperativa. Santo Dios, malditos hippies que se quedaron anclados en los años '70 y sueñan con la revolución bolchevique. Los imagino, sucios, leyendo Mao-Tse Tung, escuchando Led Zeppelin y hasta yéndose de vacaciones al sur. Adgh. Me repugnan.
No se que vamos a hacer, amigos lectores, todo está muy rojo.