día de gordas
lo más emotivo del fin de semana fue una gorda con una mochila de fenoglio
esta adentro de la mina, como quato
pupitre con tapa de madera y lugar para el tintero, y donde algún anónimo repitió incansablemente viva yo, viva yo, viva yo, como único modo de dejar la impronta temprana, allá lejos y hace tiempo. chelo, no sé si confesarte que tengo una mochila de fenoglio y que estoy frente al pupitre de madera con lugar para el tintero...