Viernes de 18 Julio de 2003
ay coraz�n
Es necesario poner nuestro coraz�n en su lugar cada ma�ana en cuanto ponemos un pie en tierra. Volverlo hacia el creador y ofrecerlo a los hombres que nos rodean.
Por la noche, lo tomamos de muevo y vemos que sobre �l hay l�grimas, c�lera y, a veces, tambi�n sonrisas que se han quedado impresas. Durante la noche la divinidad lo lava y por la ma�ana est� otra vez totalmente nuevo y volvemos a ofrecerlo a nuestros hermanos de vida.
Morihei Ueshiba