Descuartizamientos e incestos, homicidios a martillazos y cuerpos disueltos en ácido: ésta es la secuela de delitos dignos de una película de terror que se intentan dilucidar en un espeluznante proceso judicial, que tiene lugar en Bruselas.

El pastor protestante, húngaro-belga, hoy de 75 años, está acusado de matar a sus dos mujeres, dos hijos y dos hijastras en diversos crímenes cometidos en la década de 1980. Por dos de estos delitos está como presa confesa, una de sus hijas, Agnes, cómplice absoluta de su padre, con el que mantuvo relaciones sexuales incestuosas desde los trece años.

En la sala del juicio en Bruselas, el prelado evangélico negó todo. Según él, los familiares desaparecidos, de los que jamás fueron hallados los cuerpos, habrían "partido para trabajar" en una no precisada "sociedad internacional". Y su hija Agnes, que declara haber matado con disparos de arma de fuego a su madre y a un hermano, solamente dice "mentiras y calumnias", a juicio del pastor. Pandy también negó el incesto con Agnes y las relaciones sexuales con su hijastra Tunde, de dieciocho años: "Jamás tuve relaciones sexuales con ellas", dijo, comparándose con Alfred Dreyfus, el oficial judío francés condenado injustamente como espía por el gobierno francés en 1894. "Fueron asesinadas más personas con palabras que con armas", sostuvo en tono solemne. Pero no supo explicar como se encontraron en su casa siete armas de fuego, entre pistolas y fusiles.
En la apertura del proceso, el lunes, la acusación pública definió a Pandy como "un paranoico antisocial" y un "padre tiránico e incestuoso" que consideraba a sus propios familiares como un "territorio" de su propiedad. Sin embargo, no se trata de un LOCO que puede ser recluido en un psiquiátrico penal sin un juicio. El proceso debe aclarar como, entre 1986 y 1989, desaparecieron las seis víctimas, de las que se volvió a tener alguna noticia hace solamente cuatro años con las primeras investigaciones.
El interrogatorio estremeció a los lectores de los diarios belgas, que ya están curados de espanto por los horrores de otro caso similar, el del maestro paidófilo Marc Dutroux. Ayer durante el juicio, Agnes confirmó que ayudó a su padre a hacer desaparecer los cuerpos de la primera mujer y de un hijo de Pandy extrayendo los órganos internos con un cuchillo de cocina. La mujer, que ahorl pastor también asesinó en un mismo día a su segunda mujer Edit, de 44 años, y a su hijastra Andrea, de sólo 13 años, aplicándoles martillazos en sus cabezas. Y con idéntico método habría asesinado a su hijo, Zoltan, de 22 años. Según la acusación la locura homicida se habría consumado en el lapso de tres años y se había iniciado con la rebelión y la fuga del hogar de Timea, una hija extramatrimonial, que Pandy niega haber concebido pese a que los análisis de ADN confirman su paternidad. La fuga habría precipitado las reglas de convivencia enfermizas, dictadas por el autoritario pastor a su familia, que sentaron las bases de las horrendas tragedias que el tribunal busca esclarecer por todos los medios, a comienzos de marzo.