La justicia condeno al gobierno mendocino por león que le arranco el brazo a un niño.
MENDOZA, feb 20 (DyN) - El Gobierno de Mendoza deberá pagar 472 mil pesos a un menor que en 1996 sufrió la mutilación de un brazo que le fue arrancado por un león, en el Zoológico de Mendoza.
Así lo resolvió la Tercera Cámara Civil y Comercial a favor de un menor que tenía doce años cuando ocurrió el accidente que le significó la pérdida de su brazo derecho.
En aquella ocasión el ANIMAL también le arrancó un pedazo de su oreja derecha y le ocasionó numerosos rasguños en el rostro, producto del zarpazo.
El hecho, que conmovió a la prensa mendocina y nacional, ocurrió el viernes 26 de julio de 1996 en el "dormitorio" de los leones cachorros, que se encuentra protegido por una reja del zoológico local.
Allí, la separación entre cada barrote es de aproximadamente 7 u 8 centímetros.
El pequeño no había sido autorizado por el personal de guardia a ingresar, justamente porque no se admite la entrada de menores sin acompañantes. Sin embargo pudo burlar la vigilancia sin pensar en lo que en instantes más iba a sucederle.
Los cachorros más pequeños que estaban en la jaula dormitorio tenían dos años y medio. El chico se quedó un rato observándolos y luego tomó un palo para jugar con ellos.
La tragedia sobrevino poco después, cuando uno de los ANIMALes le dio un zarpazo, atrajo su brazo derecho hacia adentro y tras arrancárselo de cuajo, se lo comió junto a los otros cachorros.
El tribunal, formado por Julio Garrigos, Alberto Saib y Norma Barrera de Mayol, en la sentencia condenatoria para el Estado provincial, determinó las insuficientes medidas de seguridad en el Zoológico para sus visitantes, sobre todo por "la naturaleza y peligrosidad del ANIMAL".
Del informe presentado por Criminalística en esa oportunidad surgió que "del análisis de los indicios advertidos en el escenario inspeccionado se puede establecer que el acceso al sector destinado a la guarda de felinos no se encontraba restringida a los transeúntes o visitantes del jardín zoológico".
Además, agrega que "la señalización en general resulta escasa y con relación al presente hecho, muy poco convincente salvo la advertida en el ingreso al sendero terroso".
El tribunal, a través de las testimoniales, estableció que el mallado de la jaula fue colocado después del accidente.
Al hacer hincapié en la seguridad, los jueces sentenciaron que las condiciones que presentaba la jaula de los leones al tiempo del accidente "dejaban abierta la posibilidad cierta de que cualquier curioso, aun una persona adulta, terminara atacado por los salvajes felinos".