Pekín, 9 mar (EFE).- Una empresaria de la ciudad de Shenzhen exige a sus empleados que sean fieles a sus esposas bajo amenaza de despido inmediato, informó hoy la prensa local. "No puedo aceptar que los maridos engañen a sus mujeres, que se sacrifican por sus familias cuidándolas, y como empresaria exijo, además, que mis empleados se vuelquen en sus trabajos y no se distraigan con amantes", afirma la empresaria Pauline Ngan.

empresa en 1992 y tan sólo dos han sido despedidos por este motivo desde entonces. Ngan, que se encarga personalmente de comunicar esta norma tanto a sus empleados como a sus esposas, abrió también una dirección de correo electrónico donde los empleados pueden comunicarle si sospechan la existencia de posibles amantes de sus compañeros de trabajo. Desde que China abrió sus puertas al comercio exterior, a finales de la década de los setenta, ha resurgido el fenómeno de las segundas esposas o concubinas, a pesar de que el Gobierno prohibió por ley la cohabitación ilegal. Empleados con buenos sueldos, que viajan a menudo a otras ciudades por negocios, mantienen a la vez a su mujer legal y su hijo, y a su amante y a un segundo hijo, que no está protegido legalmente al ser ilegítimo. "El jefe de la empresa de servicios que contraté llegó con una mujer y con un hijo, el cual la llamaba mamá a ella y a él papá. Minutos más tarde recibió una llamada de su verdadera mujer, que no se creía que estaba trabajando", relata una extranjera residente en Pekín. "Me pidió que le explicara a la mujer del teléfono (residente en la provincia norteña de Shandong) que estaba solo y trabajando (en Pekín), a lo cual me negué en redondo al comprender la situación", añade. En una sociedad donde uno se puede enriquecer de la noche al día, el tener una joven amante se ha convertido en algo imprescindible para mostrar a los otros la consecución del éxito. "Si las engañan a ellas,*Cómo puedo saber que no me engañan a mi?", concluye la empresaria, que afirma tener una excelente relación con su marido.