Santiago de Chile, 19 mar (EFE).- El "Tata", un viejo lobo marino al que al parecer los años han vuelto huraño, está sembrando el pánico en la ciudad norteña de Antofagasta, donde ha mordidrias personas, dejándolas con graves heridas.
Según la prensa local, el "Tata" suele vivir echado sobre las rocas de la turística Caleta Coloso, al sur de esa ciudad, situada a 1.368 kilómetros al norte de Santiago, y ni siquiera se preocupa de conseguir su alimento, ya que los pescadores se encargan de alimentarlo.

Con tanto cariño, el viejo lobo se aprovecha de las circunstancias y al igual que los turistas, comienza a recorrer las playas, y a veces se encarama en la costanera.
El problema, sin embargo, es que hay oportunidades en que no capta la diferencia entre un ser humano y aquellos trozos de comida que le lanzan los pescadores y es así como en la última semana atacó a dos turistas.
Una de las víctimas, María Madrazo, que el pasado sábado intentó fotografiarse junto al mamífero de 200 kilos, sufrió mordeduras graves en sus dos piernas.
En declaraciones difundidas hoy por el diario Las Ultimas Noticias, Madrazo, que actualmente se encuentra internada en la Asociación Chilena de Seguridad de Antofagasta, precisó que tras el ataque quedó con los huesos expuestos y tuvieron que trasladarla con torniquetes al hospital.
Para Juan Carlos Canahuate, la experiencia fue aún más impactante, ya que se encontraba a unos dos metros del "Tata", cuando éste le atacó en forma sorpresiva y le atrapó una de sus extremidades.
Debido al profundo daño arterial en su pierna fue necesario la colocación de un "by pass".
Según informaciones entregadas por el hospital regional de esa ciudad, en lo que va del año se han registrado al menos ocho casos en el mismo lugar.
Ante la gravedad de los ataques, las autoridades sanitarias estudian junto a la Gobernación la instalación de mallas protectoras para evitar el ataque de estos animales, especialmente en el período de crías, que es cuando los lobos marinos se ponen más agresivos.
Pero si el "Tata" hace de las suyas en el norte, en la ciudad sureña de Valdivia, a 835 kilómetros de Santiago, sus hermanos de sangre suelen pasearse entre los quioscos de los pescadores y también logran alcanzar la calle.
Y aunque la mayoría de los valdivianos los defienden, ya que se han transformado en el paisaje habitual de esas ciudad, varias han sido las personas que han terminado mordidas por estos mamíferos.
En el puerto de San Antonio, a 108 kilómetros al oeste de Santiago, grandes lobos marinos también suelen echarse sobre las rocas, al lado de los puestos de los pescadores, donde reciben alimentación "gratis".
Los más jóvenes suelen alcanzar la costanera y desafiar a los perros que deambulan por el lugar. EFE