Los Angeles, 22 mar (dpa) - Imagínese un televisor construido para
bloquear los programas proscritos por el gobierno, un automóvil que
se detiene automáticamente cuando se excede la velocidad o una
fotocopiadora que se niega a duplicar material ilegal.
Esto puede parecer exagerado, pero una ley sobre normas y
certificación de sistemas de seguridad, actualmente bajo
consideración del Senado estadounidense, podría obligar a las
empresas a incluir tecnología anticopias aprobada por el gobierno en
computadoras y aparatos electrónicos. Además, todo consumidor que
intentara quitarla del aparato estaría, según la ley, cometiendo un
acto ilegal.
Con fuerte apoyo de la industria de entretenimientos, esta ley
podría impedir que aparatos electrónicos reproduzcan, transfieran o
dupliquen música, películas o material impreso protegidos por
propiedad intelectual.
Una propuesta sugiere el establecimiento de "sellos de agua"
digitales, indetectables para el ojo y el oído humano, que podrían
ser incorporados a toda pieza de medios digitales, con instrucciones
sobre si pueden ser reproducidos o copiados.
Toda computadora o reproductor de medios electrónicos podría ser
construido de tal modo que obedezcan esas instrucciones y se nieguen
a reproducir todo aquello que no tenga el sello de agua.
Esto querría decir que hasta los camcorders deberían ser
rediseñados para imprimir el sello de agua en los videos hechos en
casa.
Algunas de las figuras más influyentes del mundo del cine y la
música pidieron recientemente al Congreso aprobar la ley, en un
reconocimiento implícito de que sus querellas jurídicas para cerrar
los servicios de trueque de fichas, como Napster o Gnutella, están
destinadas al fracaso.
La presión por una ley que selle toda computadora vendida en
Estados Unidos indica también el fracaso de los esfuerzos por
proteger los medios digitales mediante programas cerrojo
impenetrables para impedir las copias no autorizadas.
Entre los ejecutivos que pugnan por soluciones draconianas está el
presidente de Disney, Michael Eisner, quien pidió al gobierno federal
"facilitar el establecimiento de normas abiertas y comunes para la
protección tecnológica de productos creativos en formato digital".
"Una vez fijadas las normas, hay que obligar su inclusión en todos
los aparatos de medios digitales que reproduzcan productos
creativos", dijo Eisner a la Comisión de Comercio, Ciencia y
Transportes del Senado.
Esto querría decir que los fabricantes de computadoras personales,
reproductores DVD y reproductores portátiles de música tendrían que
sacar aparatos que impidan la reproducción de material ilegalmente
transferido desde Internet o copiado en un CD en blanco.
Puesto que la mayoría de los fabricantes de computadoras destacan
precisamente tales habilidades en sus productos, no es de extrañar
que se resistan a tales designios. Argumentan, asimismo, que la
propuesta frenará la innovación, discapacitará sus productos
industriales -los PCs podrían trabajar más lentamente, por ejemplo- y
potencialmente inhibiría al consumidor a hacer copias perfectamente
legales de discos compactos y otros productos de su propiedad.
Abogados de la libertad de expresión se oponen también a la idea,
y afirman que ésta viola la Constitución y entrega a los
conglomerados mediáticos tradicionales un control aún mayor sobre los
principales medios de comunicación.
"Las empresas discográficas y Hollywood están tratando de minar
drásticamente nuestra libertad de usar CDs y videos comprados
legalmente, y lo están haciendo a nuestras espaldas", dijo Walter
Mossberg, columnista del "Wall Street Journal".
Ejecutivos de empresas tecnológicas se quejan de que toda la ley
en cuestión esté diseñada para proteger la industria del
entretenimiento de plataformas que debería adoptar, en lugar de
combatir esta misma tecnología a través de maniobras políticas y
leyes.
"¨Es responsabilidad de todo el mundo el proteger una industria
cuyo modelo de negocios enfrenta un desafío estratégico?", se
preguntaba Andrew Grove, presidente de Intel. "¨O es la industria del
entretenimiento quien debe adaptarse a una nueva realidad técnica y a
un nuevo tipo de consumidor que quiere aprovecharla?".
Para muchos, esta discusión recuerda la controversia de comienzos
de los años ochenta, cuando las empresas de cine, televisión y música
trataron de prohibir las casetes de música y video que, según temían,
iban a matar la industria. Perdieron esa pelea y las innovaciones
técnicas a las cuales se opusieron acabaron por crear una nueva
fuente de elevados ingresos.
De la misma forma, señalan los críticos, las compañías de
entretenimiento podrían hacer dinero con los medios digitales si
comienzan a ofrecerlos al consumidor como el consumidor los quiere, y
dejan de querer controlar las actuales formas de distribución.
"El MIEDO está paralizando la capacidad de Hollywood de aprovechar
lo que yo veo como una increíble oportunidad", dice Steve Jobs,
ejecutivo jefe de Apple Computer, según el "New York Times".
"Nosotros en Apple creemos que la mayoría de la gente quiere ser
honrada, y, si le hacemos una oferta razonable, muchos preferirán
comprar el producto", señala.
Por el momento parece que la industria del entretenimiento va a
ganar la batalla.
El senador Ernest Hollings, presidente de la Comisión de Comercio
del Senado, ha instado a ambas partes a llegar a un compromiso. Si
no, amenaza con respaldar una norma impuesta desde arriba por el
gobierno.