Pekín, 30 may (EFE).- La receta para la longevidad consiste en papillas y licor de maíz, queso de soja y participar en competiciones de canto, según un estudio realizado en el condado de Bama, en la Región Autónoma de Guangxi Zhuang, cuya población tiene uno de los índices de longevidad más altos del mundo.
El estudio, a cargo del Instituto de la Longevidad en Bama, descubrió que la tradición de las competiciones de canto era lo que distinguía a los habitantes de la región de sus vecinos.
En 1991 la población de Bama ocupaba el quinto puesto del mundo en índice de longevidad, según la Sociedad Internacional de Medicina Natural.
"Gracias a las competiciones de canto, en las que se debe improvisar rápidamente, se mantiene activo el cerebro y la mente se libera de toda preocupación", explicó Wei Sunwei, experto en música popular.
La vía de escape que supone el canto para las preocupaciones psicológicas es la clave que explica la longevidad en esta región, que contaba con casi 19 personas centenarias por cada 100.000 habitantes en 1960.
Chen Jinchao, que ha estudiado durante años el caso de Bama, concluye que el canto, la herencia genética, un entorno medioambiental privilegiado y los hábitos dietéticos son el secreto para lograr una vida centenaria en esta región meridional del gigante asiático.