Brasilia, 24 jul (EFE).- El desempleado Alvaro Sales, de 45 años, que dice sólo saber "dibujar" su nombre, puso en venta uno de sus riñones por 3.700 dólares, llevado por "el hambre y la desesperanza", publicaron hoy los diarios de la capital brasileña.
"Prefiero ser preso por vender mi riñón que por robar", aseveró Sales, quien restó importancia al hecho de que la compraventa de órganos es considerada delito por la legislación local, que prevé hasta ocho años de prisión.
Sin empleo desde hace cuatro años, el ex jardinero tiene tres hijos, dos de ellos desempleados, y dice mantenerse con los escasos 135 dólares que suman los sueldos mensuales de su esposa e hija, empleada doméstica y niñera, respectivamente.

Sales dijo que con el producto de la venta del riñón podría emigrar con su familia desde las afueras de Brasilia, donde residen ahora, al estado de Minas Gerais (sudeste), donde compraría una casa.
"Hace tiempo sólo comemos arroz y frijol y en mi nevera sólo hay agua", comentó el desempleado al agregar que la mitad de lo que ganan su esposa e hija son destinados a pagar el alquiler, el agua y la luz.
"*Cuánto creen que nos sobra para comer?", preguntó Sales a los periodistas que lo entrevistaron, a quienes dijo contar con la caridad de amigos y desconocidos para poder vestirse "y olvidar un poco de la dignidad perdida".
"El coste de vida en Brasilia es muy alto", lamentó Sales, quien el martes anunció la venta del órgano con un cartel colgado en un poste de una de las principales avenidas de Brasilia.
El desempleado aseguró que antes de que las autoridades retiraran el cartel aparecieron cinco interesados en comprar el riñón.
"Entiendo que infelizmente es una situación muy difícil la que enfrenta tanto quien quiere vender el riñón como quien quiere comprarlo", declaró Diaulas Ribeiro, promotor de Defensa de los Usuarios de los Servicios de Salud del Distrito Federal.
Ribeiro reconoció que la desesperanza, sumada a la extensa lista de 24.589 brasileños que aguardan la donación de riñones para curarse, provoca actitudes como la de Sales y la de los potenciales clientes.
Pero afirmó que tendrá que advertir al ex jardinero que la ley exige que toda donación de órganos que involucre personas sin lazos familiares debe ser antes aprobada por la Justicia.
Según el promotor, ante esa restricción, sería imposible que el trasplante se realizase, pues ninguno de los casi 50 equipos médicos que realizan ese tipo de cirugía en Brasil aceptarían correr el riesgo de infringir la ley.
"Además, son muy pocos los hospitales del país autorizados a realizar esa operación, lo que nos permitiría identificarla incluso antes de que se realizase", añadió Ribeiro.