San Francisco (EEUU), 8 abr (EFE).- La fiebre del Bótox, el tratamiento contra las arrugas, podría extenderse al mundo canino, ya que algunos vanidosos dueños parecen estar dispuestos a todo con tal de que sus mascotas ganen medallas en concursos de "belleza".
Esta sustancia bloquea los impulsos nerviosos que causan las contracciones que a su vez dan lugar a arrugas.
Dicho de otra manera: una inyección de Bótox es capaz de planchar el rostro, incluso el de un bulldog.
Desde que las autoridades estadounidenses aprobaron su uso cosmético, resulta que el Bótox -un veneno mortal si no está convenientemente diluido- tiene usos de lo más variopintos.
El uso del Bótox para dar retoques aquí y allá, la cirugía y otros tratamientos menos radicales, como el teñido del pelaje, parecen ser moneda corriente entre los dueños de canes, que no dudan en trasladar la vanidad humana al mundo canino.