Corrientes, 9 de junio (Télam).- Un estudiante avanzado de Veterinaria de la Universidad Nacional del Nordeste, inmovilizó quebrándoles las patas a un ovejero alemán que había atacado a dos de sus conejos, y lo mató a palos sin importarle los ruegos y el llanto de su dueña, una anciana de 73 años, y ahora la justicia puede impedir que obtenga su matrícula.
El hecho ocurrió en el barrio Bañado Norte de la ciudad de Corrientes, y el protagonista fue el estudiante misionero Facundo Carenzo, de 28 años, quien cursa el último año de la carrera de Veterinaria.
De acuerdo a lo que consta en la denuncia policial, Carenzo tiene por vecinos a una familia que poseía un perro ovejero alemán de cinco años, al cual el estudiante atendía como paciente, ya que se ocupaba de colocarle vacunas y asistirlo en alguna herida que el can sufriera en determinada circunstancia.
El estudiante, junto a otro compañero con el que compartían la finca, criaban conejos para la comercialización de su carne y días atrás un par de conejas cruzaron el alambre que divide ambas viviendas, siendo ambos perseguidas por el perro.
En su afán por dar alcance a los conejos, el can ingresó al patio de Carenzo y habría matado a algunos conejos pequeños, ante la consternación tanto del dueño de casa, como de la propietaria del animal, Juana Aguirre.
En ese sentido Aguirre, de 73 años, le ofreció una compensación económica por la muerte de los conejos y pareció que le hecho quedaba superado, pero a la madrugada del día siguiente la mujer despertó alertada por los alaridos de su mascota.
Al salir al patio vio a su perro atado a un árbol y a Carenzo golpeándolo a mansalva con un palo. Según la mujer la escena era escalofriante porque saltaba sangre del animal hacia todos lados y el perro gemía y aullaba lastimosamente.
Lejos de atender los ruegos y las súplicas de la mujer que le reclamaba que dejase de castigar al animal, el estudiante seguía en su tarea hasta que el can quedó inerme, aparentemente sin vida.
"Lo golpeó con saña y sin ningún tipo de remordimiento -dijo a Télam Cintya, nieta de la dueña del animal- y sabiendo exactamente lo que hacía. Usó todos sus conocimientos para hacer sufrir al perro, porque primero le quebró las piernas y después, cuando el animal no se podía levantar, lo fue masacrando sin piedad".
En el caso tomaron intervención la Comisaría Sexta de policía, donde la propietaria del animal, Juana Aguirre, efectuó dos denuncias; y la Fiscalía de Instrucción a cargo de Gustavo Smith, quien analiza la situación penal del acusado para promover su posible procesamiento por infringir la Ley de Protección Animal.
También actuó en auxilio y solidaridad con los damnificados, el Movimiento de Ayuda y Protección Animal (MAPA), cuya titular Isabel Cocomarola, relató a Télam que "el caso es espeluznante y revela una actitud totalmente desaprensiva de esta persona que ha estudiado para servir a los animales y puede ser capaz de matar con saña y alevosía".
"Esto revela que este sujeto no está en condiciones de ejercer la CIENCIA veterinaria y estamos haciendo todo lo necesario para evitar que reciba su matrícula, tanto aquí en Corrientes como en Misiones, de donde es oriundo", explicó la directora de MAPA.
Cintya, la nieta de Aguirre, relató a Télam que "luego de haber completado su tarea, Carenzo tomó al animal, o a lo que quedaba de él, y lo colocó en la parte trasera de su camioneta, desapareciendo del lugar. Volvió después de un rato y lavó la camioneta, que había quedado manchada de sangre, como si no hubiese pasado nada".
"Hoy -agregó- pasa delante nuestro con una soberbia increíble, como si hubiese realizado una hazaña y sin ningún gesto de arrepentimiento".
"Lo más terrible de esto -argumentó- es que mi abuela, de 73 años, presenció todo lo que le hizo al animal y más allá del trauma que le ha dejado, podría haberle provocado algo en ese momento y ni siquiera eso lo ablandó".
Lo sucedido causó "honda conmoción" en la Facultad de Veterinaria, aunque el decano de esa institución, Javier Domitrovik, evitó pronunciarse "oficialmente" sobre el particular.
El fiscal Smith explicó a Télam que Carenzo "se encuentra imputado de dos delitos: daño y crueldad animal, por los cuales, en caso de ser encontrado culpable, puede recibir una pena de hasta dos años de prisión".
"Si no tiene antecedentes -agregó- la pena a imponer puede ser con cumplimiento en suspenso, pero bien puede frustrar su matriculación, aunque esto depende del Colegio de Veterinarios y del informe de la Facultad en ese sentido".
Smith se mostró "sumamente preocupado" por este tipo de situaciones, porque "a veces resulta difícil de probarlas y además hay cierto vacío en la instrumentación de las leyes, por lo que estoy abogando para ver si podemos modificar esta situación con una mayor protección a los animales".