Madre reconoce que falsificó pruebas sobre su genial hijo
Nueva York, 3 mar (EFE).- La madre de Justin Chapman, de 8 años de edad y considerado como el niño más inteligente del mundo, ha admitido que falsificó los resultados en algunas de las pruebas a las que se ha sometido su hijo desde temprana edad.
"No lo planifiqué. Sucedió así y dejé que las cosas escaparan de control", declaró a "The New York Times" Elizabeth Chapman, una madre soltera de 29 años de edad, que lamenta no haber declarado mucho antes la verdad y espera recuperar pronto a su hijo, que vive ahora con una familia de acogida.
Con 6 años de edad, Justin obtuvo 298_ puntos en un test de inteligencia, la más alta puntuación nunca registrada y sus notas en pruebas de matemáticas a nivel universitario causaban admiración.
Sus aparentes logros le permitieron seguir cursos en Internet a nivel de bachillerato con 5 años de edad y un año después seguía diversas disciplinas que impartía la Universidad de Rochester, una localidad al norte del estado de Nueva York.
Su progresión era tan asombrosa que la cadena británica BBC incluyó a Justin en un documental sobre niños-genio y pronunciaba conferencias en diversos foros académicos .
Sin embargo, su madre ha admitido ahora que falsificó los resultados de una prueba de inteligencia a la que se sometió su hijo cuando contaba 3 años de edad y que un examen de matemáticas que supuestamente había superado su hijo con increíble éxito, en realidad había sido realizada por el hijo de unos antiguos vecinos.
La arrepentida madre mantiene no obstante que Justin es inusualmente brillante y que con sus acciones sólo trataba de abrir unas puertas que de otra manera habrían estado cerradas para él.
Las sospechas sobre la situación de Justin y el comportamiento de su madre surgieron después de que el diario "The Rocky Mountain News" informase el pasado 13 de febrero de que Justin había estado hospitalizado por problemas psiquiátricos y puesto fuera de la custodia de la madre.
En otoño, Elizabeth y su hijo se trasladaron de Nueva York al estado de Colorado y hacia el mes de noviembre, Justin comenzó a mostrar serios trastornos de conducta e incluso confesó a un asistente social que no quería vivir más.
Las autoridades decidieron entonces colocar al pequeño con una familia de acogida al estimar que Elizabeth interfería en el tratamiento clínico de Justin y que, al someterlo a una rigurosa agenda para exhibir su inteligencia, impedía su desarrollo y sus funciones de niño, lo que rechaza la madre.
Algunos de los profesores que se relacionaron con Justin reconocieron al diario neoyorquino que la mayoría de los contactos con él se produjeron a través del correo electrónico y que la mayor parte de sus tareas se realizaban a través de Internet.
La madre del supuesto niño prodigio ha señalado que ha decidido contar la verdad con la esperanza de que eso le ayude a recuperar a su hijo y para no perder la confianza de algunos expertos que siguen confiando en las superiores habilidades de Justin, ahora bajo una pesada nube de dudas.