Petrolina de Goias (Brasil), 2 abr (EFE).- El padre brasileño Natal Mella, quien escandaliza a los fieles por su radicalismo al administrar la fe católica, sólo celebra matrimonios cuando las novias demuestran su virginidad mediante exámenes médicos.
Según el periódico "Correio Braziliense", el padre, de 75 años y 50 de sacerdocio, párroco de la iglesia de Santa María Eterna, en Petrolina de Goias, un pequeño poblado del estado de Goias (centro oeste), también es famoso por mantener tradiciones que algunos de sus fieles consideran "reaccionarias".
En declaraciones publicadas hoy por el diario, Mella confirmó que se niega a bautizar a niños cuyos progenitores no hayan cumplido con todos los sacramentos católicos.
Tampoco acepta que para las bodas, bautismos, primeras comuniones y confirmaciones los fieles adornen su templo con flores que no sean las que él ofrece en alquiler.
El padre también expulsa de sus misas a las mujeres que "no estén vestidas adecuadamente" para la ocasión y se niega a casar a novias cuyos trajes tengan escotes. Según el periódico, esta actitud ha terminado perjudicando al comercio de la ciudad.
El "Correio Braziliense" contó que la reciente boda de Neliana Martins Chaves, de 25 años, y Manoel Mendonza Neto, de 22, sólo fue posible porque en el último minuto la novia cubrió sus hombros y el escote con un mantel de mesa.
"El padre entró, me vio, dijo que no me casaría y se retiró", declaró Martins Chaves.
El sacerdote confirmó que después de ese casamiento decidió que sólo casaría a las novias cuya virginidad fuera certificada por médicos.
"No estoy de acuerdo en realizar casamientos que camuflen la prostitución", dijo el padre, quien asegura que descubrió que Martins Chaves estaba embarazada de tres meses.
Una de las principales cuestionadoras de Mella es Mariza Prates Silva, hasta hace poco decoradora de la iglesia, quien acusa al padre de "usurero", además de intransigente.
La florista afirmó que dejó de ganar dinero por sus arreglos para ambientar las ceremonias. El padre ahora cobra cerca de 40 dólares por cada servicio y además obliga a los fieles a decorar el templo con las flores plásticas que él mismo alquila.
"Las flores de ella (Mariza) son muy feas. Pero si los fieles quieren realizar un espectáculo en mi iglesia pueden hacerlo, sólo que yo me retiraré", afirmó Mella.
La costurera Joana Amélia dos Santos se unió al coro de críticas y dijo sufrir pérdidas financieras en su negocio de vestidos de novia, pues el padre prohíbe que los diseños tengan adornos.
Representantes del comercio y de familias de Petrolina de Goias que consideran las determinaciones de Mella "excesivas" elevaron sus reclamaciones al obispado de la región.
Según Mella, sus superiores le pidieron que sea "más flexible".
Sin resentimiento con la llamada de atención, Mella dijo estar entretenido con dos casamientos que oficiará en los próximos días.
"Dos jóvenes me trajeron exámenes que demostraron su virginidad. Serán ceremonias bellísimas e inolvidables", se congratuló el padre, quien se califica como "tradicional y radical".