NUEVA YORK, 30 (ANSA) - Una técnica de congelamiento de los propios cabellos por la módica suma de 10 dólares anuales abre nuevas esperanzas para posibles calvos, pues ese procedimiento puede darles, si los años deterioran su cabellera, la oportunidad de recuperarla.
Están las personas que congelan embriones para una futura gravidez y quien lo hace con cadáveres esperando poder resucitarlos, ahora un empresario norteamericano pensó en poner en la congeladora de un salón de belleza de Portland, Oregon, las ilusiones de los que perdieron el pelo.
La idea la tuvo un habitante de San Francisco, Mike Blaylock, que muy rápidamente encontró los primeros 200 clientes.
Por 49.95 dólares, después de un corte normal de cabellos de parte del peluquero, la Hairogenics de Blaylock ofrece la posibilidad de recibir un kit para recoger los mechones, que son luego enviado a Oregon, donde se los congela y conserva por tiempo indeterminado, al módico costo de 10 dólares por año.
El objetivo es el de poner sobre seguro los cabellos cuando aún se es joven para utilizarlos en el futuro si y cuando la ciencia encuentre nuevas soluciones para la calvicie, en particular nuevas técnicas de clonación para restituir la cabellera perdida.
"Es un problema importante para muchos hombres, pensamos que existe una enorme demanda para un servicio de esta naturaleza", explicó Blaylock, que a los 32 años muestra ya los primeros signos de una incipiente calvicie.
La Hairogenics se declara dispuesta a hospedar 800 mil mechones en un subterráneo a prueba de incendios y aluviones, en Marz Salon, una peluquería de Portland.
En Estados Unidos son 50 millones los hombres que sufren de calvicie y otros 30 millones los que pierden el pelo.
Los primeros clientes de Blaylock tienen motivos de distinto tipo para haber elegido "el banco de pelo".
Los especialistas sin embargo tuercen la nariz: "No veo una sola razón para hacer algo de este tipo" comentó Alexa Bower Kimball, una dermatóloga de la Universidad de Stanford. "Científicamente no tiene sentido, el ADN es el mismo en todas las células del cuerpo y los tratamientos capitales tienen más que ver con el estado de los folículos pilíferos que con el cabellos propiamente dicho".
Pero San Francisco es la ciudad donde en los años sesenta nació el movimiento del crionismo y donde aún hoy existen decenas de cadáveres congelados esparcidos en depósitos decrépitos que esperan los progresos de la medicina para ser devueltos a la vida.
La clonación de cabellos no es nada más que la última de las tantas ilusiones de una ciudad que no quiere perderlas y a la que le gusta sorprender.