Roma, 11 jul (EFE).- Las células que mueren tras una agresión traumática lanzan una señal de alarma para estimular la reacción del organismo, una especie de "canto del cisne" que acaban de descifrar tres científicos y que abre una nueva vía diagnóstica y terapéutica, según publica esta semana la revista científica Nature.
Dos investigadores italianos de la Universidad Vita-Salute San Raffaele de Milán y el norteamericano Tom Mistell, del Instituto Nacional del Cáncer de Bethesda, han completado el primer estudio que verifica cómo las células comunican que se ha producido un daño.
Bianchi explicó que "finalmente se puede demostrar que las células que mueren por necrosis lanzan un último mensaje para advertir a otras células del organismo, a través de la proteína HMGB1, cuya principal función hasta hoy se relacionaba con la formación de los cromosomas.
Los científicos han comprobado que esta proteína, habitualmente estabilizada en torno al núcleo en las células sanas, se desprende si se produce una muerte celular traumática.
Las células vecinas, señaló Bianchi, están dotadas de un particular receptor de la HMGB1, por lo que ven la proteína, hacen suya la alarma y reaccionan en consecuencia.
Algunas células sustituyen a las muertas y otras acentúan el anuncio de peligro, con una respuesta inflamatoria para provocar una reacción violenta del organismo, precisó el investigador.
El equipo que ha descifrado "el canto del cisne" de las células subraya que este fenómeno sólo se produce cuando su muerte es traumática y no cuando se debe a otros factores, como el envejecimiento o el mal funcionamiento.
Aunque todavía no se pueden concretar las aplicaciones de este descubrimiento, Marco Bianchi apunto dos vías: la posibilidad de controlar la emisión de las señales de alarma, bloqueando procesos inflamatorios excesivos, o la de estimular la actuación de células reparadoras de tejidos dañados, como en el caso del infarto.