Londres, 20 jun (EFE).- Un bebé que pesó 340 gramos al nacer ha sobrevivido para sorpresa de los médicos del Hospital de Birmingham que le ayudaron a salir del útero de su madre a los seis meses de gestación, cuando pasó a ser de los bebés más pequeños del mundo.
Aaliyah Hart era tan diminuta cuando nació el pasado 27 de mayo, que cabía en la palma de la mano de su madre, Lorraine, por lo que los doctores del Hospital de Birmingham (norte de Inglaterra) aún no pueden creer que haya salido adelante.
La niña nació con tan sólo seis meses de gestación, tras un proceso de crecimiento del feto durante el embarazo exageradamente lento.
Tras el alumbramiento, los médicos informaron a la señora Hart de que su bebé sólo tenía un diez por ciento de posibilidades de mantenerse con vida.
La madre declaró emocionada a los medios británicos: "Lloré y lloré. No podía creer que algo tan pequeño pudiese sobrevivir".
Lorraine explicó que la niña "era muy pequeña, pero muy activa. Sus manos no paraban de moverse. Estaba sobreviviendo".
Hasta ahora el recién nacido más pequeño que ha sobrevivido en el Reino Unido, y cuyo alumbramiento se produjo en Liverpool en 2001, pesó 425 gramos.
De entre los bebés que han nacido con menos peso en el mundo hasta ahora y que han sobrevivido el de menor tamaño nació en EEUU y pesó 311 gramos, poco menos que Aaliyah.
La pequeña ya ha salido de la incubadora, aunque sigue recibiendo alimento por sonda.
Durante el embarazo los doctores habían avisado a los Hart de que el crecimiento del feto era demasiado lento pero, después de 15 años intentándolo, el matrimonio no quiso renunciar a la posibilidad de tener su primer hijo a pesar de los posibles riesgos para la madre.
"Cuando escuchábamos cómo latía su corazón me decía a mí misma 'no puedo pararlo', 'no puedo pararlo", explicó su madre.
Aaliyah tenía la ventaja de que, a menor peso, más fácil es que un bebé logre salir del útero de su madre.
Aún así nadie niega que su supervivencia ha sido prácticamente un milagro. Jeff Bissendenes, uno de los médicos que cuida de ella, consideró "increíble que no haya muerto".
"En estos casos normalmente se produce un aborto, pero esta mujer dio a luz a una pequeña niña que se retorcía y pataleaba como si estuviese diciendo 'Quiero vivir", manifestó Bissenden.
El Reino Unido cuenta con la tasa más alta de Europa de bebés prematuros.