Londres, 29 mar (EFE).- Un escritor desesperado por publicar su opera prima consiguió un lucrativo contrato con una editorial tras inventarse la historia de que había descubierto un nuevo espécimen de dragón creado por los alemanes a finales del siglo XIX.
PR Moredun, pseudónimo literario de Allistair Mitchel, confesó su plan este mismo domingo: cansado de ser rechazado por unos cuarenta editores, decidió atraer la atención de los medios con un engaño en el que estaban involucrados un dragón, el Museo de Historia Natural y los alemanes.
"El objetivo principal era que algún editor se interesara en mi libro. Creé toda la historia para atraer lectores potenciales y publicitar mi novela antes incluso de que fuese publicada", reveló el autor.
El escritor contactó el pasado enero con un periódico de Oxford (sureste de Inglaterra), localidad en la que reside, y les explicó que científicos alemanes habían creado una cría de dragón en 1890 y la habían enviado al Reino Unido para confundir a sus colegas.
Según continuaba la historia, el Museo de Historia Natural de Londres recibió el tarro de cristal con el feto de dragón y lo rechazó porque lo consideró falso.
A pesar de ordenar su destrucción, el portero del Museo se llevó la criatura sin que nadie se diera cuenta.
Finalmente, Mitchell contó a la prensa que el nieto del portero, amigo suyo, encontró el tarro en la casa de su abuelo.
Mientras esperaba a que la historia surtiera efecto, el escritor publicó la novela con su propio dinero, incluyendo en la portada la foto del dragón.
La farsa llegó a reproducirse hasta en Australia, lo que no pasó desapercibido a publicistas y libreros en el Reino Unido y el autor consiguió un contrato con la editorial Waterstone's para promover su libro, "Unearthly History" ("Historia sobrenatural").
"Es una nueva forma de publicitarse. Apuesto a que va a ser un éxito de ventas", comentó un portavoz de la multinacional.
El escritor llegó a pedir a la compañía Crawley Creatures, responsable de la serie de la BBC "Caminando con dinosaurios", que creara una muestra del dragón, y el tarro en el que se encontraba la cría fue construido en un taller de fundido de cristal de Isle of Wight (sur de Inglaterra).
La novela de Mitchell, dirigida a niños y adultos, cuenta como los dragones ayudan a los humanos a salvar la Tierra, y se basó en las historias que el autor les contaba a sus hijos en el coche.
Según dijo, las había contado tantas veces que sólo tardó trece días en escribir el libro.