Dar es Salaam, 29 oct (EFE).- Centenares de ratas se están entrenando en una universidad de Tanzania para detectar las minas que en varios países del mundo siguen cobrándose miles de vidas humanas cada año.
Las ratas también estarán desplegadas en aeropuertos donde se aprovechará su buen olfato para localizar explosivos o drogas.

Las ratas también estarán desplegadas en aeropuertos donde se aprovechará su buen olfato para localizar explosivos o drogas.
Las primeras "promociones" de ratas de la Universidad de Morogoro de Ciencia Alimenticias y Agrícolas, a unos 200 kilómetros al oeste de Dar es Salaam, ya han sido destinadas a Mozambique, donde las 300 "licenciadas", con la ayuda de sus entrenadores tanzanos, limpian los campos minados que quedan tras la larga guerra civil en ese país.
El proyecto humanitario cuenta con el apoyo financiero de la Unión Europea, los gobiernos de Bélgica y Finlandia, y el Centro para el Desminaje Humanitario en Ginebra.
El gobierno anfitrión, el de Tanzania, presta entrenadores desde las filas de sus fuerzas armadas, quienes también aportan apoyo logístico a los intrépidos roedores que emprenden un trabajo demasiado arriesgado para los seres humanos, y que resulta muy caro cuando se hace con perros.
Cada rata tiene que pasar entre seis y diez meses de entrenamiento antes de "graduarse", explica Christopher Cox, de la empresa especialista belga APOPO.
Una rata puede recorrer una zona de cien metros cuadrados, y detectar cualquier mina allí presente, en sólo treinta minutos, señala.
Se calcula que son 90 los países con campos minados, y más de 90 millones las minas que siguen colocadas y que amenazan las de vidas de humanos y del ganado.
Después de Mozambique, las ratas detectoras serán enviadas a Angola, Bosnia, y Camboya, adelantó Cox.
Resaltó la rentabilidad de este programa, tomando en cuenta las vidas humanas que se pueden salvar y los costes de las prótesis para los mutilados por minas, que oscilan entre cien y 3.000 dólares cada una.